La deficiencia auditiva en el anciano es muy frecuente en las sociedades altamente industrializadas, donde la edad y el ruido intenso favorecen la aparición de dicho deterioro. Se estima que un 30% de la población geriátrica presenta trastornos de la audición, lo que supone, por su frecuencia, la tercera afección crónica después de los trastornos de las articulaciones y del corazón y los vasos sanguíneos.
Los trastornos auditivos pueden mejorarse a través de un diagnóstico y un tratamiento correcto, ayudando al anciano y a sus familiares en la comprensión del problema y poniendo todos los medios a nuestro alcance para que la calidad de vida de estos pacientes mejore. |
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